Desde que los que proyectamos éste viaje supimos que debíamos ir a San Francisco también teníamos en mente que era visita obligada la prisión de Alcatraz.
Hoy era el dia señalado en nuestro calendario para hacer el tour por la mítica cárcel, pues habíamos comprado las entradas por internet con 3 meses de antelación.
Acudimos con tal objetivo al Pier 33 sobre las 10 de la mañana, ya que nuestro crucero partía de dicho muelle a las 10:30.
Guardamos una pequeña cola para embarcar y nos hicieron la típica foto que te venden en todos sitios a precio de oro al regresar de la "Alcatraz experience".
Ya en el barco buscamos la mejor ubicación para divisar y a su vez fotografiar la isla de Alcatraz mientras nos aproximábamos para desembarcar en la mismísima "Roca".
Disfrutamos de la travesía contemplando la bahía de San Francisco alejarse y abrigados, porque soplaba un viento especialmente frío hasta que atracamos en Alcatraz.
Una vez aquí te das cuenta de que la cárcel no esta tan lejos de la ciudad y de que parece factible una fuga a nado, pues a penas debe haber 2 millas.
En cuanto pisas la isla pareces sumergirte en una película, es la estampa que todos tenemos en la retina de un prisión de máxima seguridad.
No puedo dejar de tirar fotos, sólo me interrumpe uno de los funcionarios de la prisión, ahora reconvertido en guía turístico, que se nos da una pequeña introducción sobre nuestra visita a Alcatraz.
Termina su exposición invitándonos a pasar por la tienda de souvenirs y a adquirir una pequeña guía, en todas los idiomas, sobre la prisión a un precio simbólico, un dólar.
Una vez comienza la visita propiamente dicha cada uno puede pasear a sus anchas por todo el recinto, e incluso proyectan una pequeña película antes de entrar a la prisión para ponerte en situación.
Nosotros decidimos entrar directamente, pues te facilitan una audioguía totalmente gratuita al inicio del tour, cosa que me parece un gran acierto, pues te ayuda mucho a vivir la experiencia de Alcatraz más intensamente y aportando datos curiosos e interesantes sobre la historia de la penitenciaría.
El recorrido se hace ameno por lo inusual que resulta visitar una cárcel (voluntariamente). Paseamos por las diferentes estancias: La enfermería, las duchas, el patio, la galería de celdas, la biblioteca, las celdas de aislamiento...
La audioguía cuenta historias relativas al mayor gángster recluido en Alcatraz, "Al Capone", el motín que el ejército disolvió bombardeando la cárcel, la famosa huída que llevaron a cabo 3 presos...
La audioguía también nos lleva a la parte de la isla donde vivian los trabajadores con sus familias, junto a la casa del alcaide, ahora en ruinas por un incendio; y nos acaba por confirmar que la huída, aunque posible por la distancia con la ciudad, como yo sospechaba, era prácticamente imposible por las gélidas temperaturas del mar.
Desde ésta zona se obtiene una impresionante panorámica de la bahía de San Francisco, de la que, a simple vista distinguimos el "Bay Bridge", la "Coit Tower", la torre "Transamérica" y las famosísimas cuestas y colinas que hacen tan especial esta ciudad.
La visita termina en lo que fue el comedor de la cárcel, dónde se puede ver cual fue el último menú que se sirvió el dia del cierre, el 21 de Marzo de 1963.
Tras llegar a San Francisco desde la isla de Alcatraz hacemos balance individual para concluir en que la visita ha merecido la pena por algo menos de 20 $.
Nos dirigimos a la zona de Fisermans Wharf, continuando por la bahía hacia el norte, famosa por sus restaurantes, tiendas y animación turística.
Ante tantos comercios que estaban poniendo los ojos como platos, decidimos que debíamos comer antes, y lo hicimos en un burger estilo años 50, muy Americano.
Con el estómago lleno, nos dedicamos a ver las diferentes tiendas y a pasear disfrutando de lo singular de la zona.
Como último destino del día nos fuimos a Lombard Street en su cruce con Hyde Street, por donde va a parar uno de los tranvías a Fishermans Wharf, para ver el conocido tramo del "sacacorchos", ya que en ésta manzana de la calle Lombard se suceden unas 8 curvas en forma de zig zag.
El porqué de ésta peculiar calle parece que tiene que ver con su pronunciado desnivel, uno de los mayores del mundo, de esta manera, los coches tienen que circular a unos 10 km/h para afrontar sus curvas; algo que se ha convertido en un reclamo turístico.
Después de haber librado unas cuantas batallas durante el día de hoy contra las empinadas calles de San Francisco nos marchamos al hotel para descansar, cenar algo y salir un rato por la noche, pero desgraciadamente la climatología caprichosa de ésta ciudad nos lo impidió.
no hubieran comido la burger!, lo tipico del fishermar es la sopa de almeja, muy buenas fotos por cierto
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